pero no siempre es verdad.
A veces la vida no sigue.
A veces sólo pasan los días.
A veces,
de madrugada,
con el último trago
aún en la mesilla,
el que pude haber sido
y ya nunca seré,
viene a sentarse
a mi cama,
me mira,
y me pregunta
por qué.
Karmelo Iribarren