sábado, 20 de febrero de 2016

NUNCA

NUNCA

Hay ojos
que me miran
sin verme,
y manos
que aún
expertas
en adiestramientos
ajenos,
infinitos, quizás,
nunca hallarán
el punto exacto
en que mi geometría
alcanza
la curvatura perfecta,
cuando pierdo entonces
la conciencia
pues sólo de ese modo
mis piernas
alcanzan
la postura
impronunciable
del viento,
y mi espalda
se arquea
y mis manos
buscan
bajo
la niebla
de la respiración
de al lado
un apoyo
donde esconder,
proteger,
aquello
que no tiene nombre:
el presente paralizado
entre dos cuerpos.
La bendita cercanía
vencida por un beso.
Y aún así
hay manos
que desconocerán
siempre
el pliegue
más íntimo
donde
mi cuerpo
se convierte
en una boca hambrienta
y tu cuerpo
en sed infinita.
Hay manos
que nunca,
ojos que
nunca,
nombres que
nunca
sabrán
nunca
jamás
nunca
nada
de mí.

ANA VEGA

Cansada pero bien...




Platón, en Fedro: "La vista, en efecto, es la más penetrante de las percepciones que nos llegan a través del cuerpo, pero con ella no se ve la sabiduría". Pero acaso se empieza a ver. La vista. como otros sentidos y como el lógos, el razonamiento, que tiene mucho de sentido de los sentidos, es una de las puertas que se nos abren para conocer. El asunto es que la vista no solo debe ir hacia el entorno, la lejanía o la profundidad exterior, sino hacia dentro de uno mismo. Esa vista que ve con otros ojos y nos habla con otras palabras y que no puede engañarse si queremos saber del viaje interior.

sad




No estés triste ahora/ que miras el mundo por mis ojos, le dice Juan E. González, poeta de Tucumán, a su madre ausente. El poema de Juan, fallecido a finales de diciembre pasado, aparece en su poemario El grito en el cielo, publicado por Ayuso en 1983.




"De pronto un viaje hojas un viento frío
sobre mi cara sobre la materia inútil
de ciertos días hundidos
entonces vuelves a mí
pan sobre la mesa
varilla dulce/golpe mío
palabra puente en medio de la noche

aparecida
en las mañanas de leche
con tu vestido gastado y lejano
violeta sin sol cómo dónde tus manos
pastora de mis árboles
madre en pena mira por mis ojos
el mundo

hoy hubo sol/mirarás el comienzo
del otoño
pedirás una manta
no vayas a tener una recaída
tu sillón está ahí/yo no quiero verlo
nadie lo toca
has cloqueado con furia
por las ausencias

llamabas
querías pintar la pared
tus mejillas o
ese jardín morado de tus dedos
eras el umbral donde
muchas veces temblaban mis piernas
y no llegaba nunca


no estés triste ahora
que miras el mundo por mis ojos
ahora que llueve
a mares en tus jarrones."

si fué



Cuando la infancia no fue
esa región blanda y dulce
de la que todos hablan…
¿en qué paraíso soñado
se refugia la nostalgia?
Elvira Laruelo

Keith Jarrett Trio - I Fall In Love Too Easily

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