martes, 23 de agosto de 2011

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«No podemos postergar la vida hasta estar preparados para ella.
La principal característica de la vida es su coercitividad.
Siempre es urgente,
aquí y
 ahora sin postergación posible.
Nos disparan la vida a quemarropa.»

José Ortega y Gasset

No debemos...
 o no podemos...
 o no queremos...
 y sin embargo lo hacemos,
y
 sí!,
es así como lo dice Ortega y Gasset...

"Nos disparan la vida a quemarropa".

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Salvaje como el viento, y arisca,
y triste a veces
como un rezo a la muerte,
y otras veces dichosa, y transparente,
y otras veces turbia
como esos charcos donde nadie bebe.
Naranja salvaje, verde agria,
y otras veces dulce,
roja por dentro
como tal vez fueran algunas
de las que rezuman en el monte
y nadie prueba.
Salvaje,
como mi cabello de batalla de insomnio,
como mis uñas mordidas como mis cejas rebeldes,
y otra vez tierna
con la voz ausente.
Salvaje,
como la garra en la que estrujaría mi corazón
cuando se encierra en víscera.
como la despavorida coraza de la selva.
Como el tigre en disentida mancha
tras la presa.
Como el asombro de Adán
ante el rostro espiral de la tormenta.
Como mi deseo si alguna vez se despertara
y no hallara la multitud en torno.
Como el gozo que entrecierra mis ojos
y abre las puertas de mi grito de par en par.
Como el dolor que me atraviesa
con sus crines mordidas por el fuego.
Con el infinito miedo de mis noches
poblándose de monstruos.
Como mi impulso frenético de golpear o besar,
y a veces recogida como un murmullo al sol,
y a veces abandonada
y a veces abandonada y quieta
como la certeza del amor,
y silenciosa,
como la alcoba de mis horas
entreabriendo furtiva a la sorpresa.
Salvaje como mi audacia,
y otras veces miedosa y tímida y cubierta,
y otras veces
con la impudicia latiendo a flor de ropa.
Salvaje
deshaciéndome de mí misma,
y aullando y resonándome despedazada y estremecida
y tensa entre el lino dormido de las sábanas.
Fruta roída,
y otras veces intacta,
semilla, pulpa, zumo, toda guardándome
para la augusta nada.
Naranja salvaje, verde, agria,
con dolor de colores en la cáscara,
y algunas veces dulce,
increíble
y algunas veces,
cuando nadie me prueba,
miel y lágrima.


Ana Blandiana

jueves, 11 de agosto de 2011

Ernesto Sabato.

En la mujer se entra, todo converge hacia ella, hacia su misterios interior, pasivo y terrestre. El sexo es casi su esencia, pues no sólo abarca un desmesurado espacio sino que su tiempo vivo tiene o tendría -en condiciones biológicas normales- que estar ocupado casi íntegramente por el sexo y sus consecuencias. En tanto que en el macho el sexo casi no tiene importancia y únicamente la adquiere, aunque en intenso grado, en momentos de su existencia. De manera que cuando para el hombre termina el acto, para la mujer empieza. Apenas consumado, el hombre es libre, mientras que la mujer queda encadenada al acto que acaba de realizar, primero de una serie misteriosa y profunda que han de sobrevenirle; para los cuales se recoge en sí misma, se vuelve hacia el centro de su útero, que también es el centro de su existencia, busca la calma y la serenidad, la conservación de lo suyo, de su hogar -materialización externa de la matriz-, como lo prueban hasta los más oscuros símbolos oníricos. Y así, mientras ella se encierra en su casa, el macho se lanza a la aventura, a la conquista de otras realidades físicas o espirituales. El hombre se trasciende constantemente, en tanto que la mujer se encierra en su inmanencia.
… Podemos pensar el mismo problema desde otra perspectiva: el hombre tiende al dinamismo, la mujer al estatismo. Siendo el espacio la dimensión estática y el tiempo la dimensión dinámica, podríamos afirmar que la mujer es espacial y el hombre temporal. No es asombroso, por lo tanto, que en todas las tradiciones y mitos la tierra, espacio por antonomasia, represente a la mujer: para los indios, la Tierra -Prithivia- es la madre del género humano; Démeter es a la vez la diosa madre y la personificación de la Tierra; en casi todas las mitologías se habla de “la madre Tierra”. En la tierra acontece la reproducción de la vida en sus formas más primitivas y la simbología arcaica vincula siempre la fecundidad terrestre a la fecundidad a la fecundidad de la hembra, así como vincula el arado al hombre que rasga a la mujer y la abre para la maternidad: arar la tierra es símbolo de cópula en los sueños y en los mitos.
Ernesto Sabato.


domingo, 7 de agosto de 2011

Nina Simone - Here Comes The Sun

Ne Me Quitte Pas - Nina Simone

De Bocanera...

Todo lo que se da llega a destiempo.
No existe otra manera.
Entre el ojo y la mano hay un abismo.
Entre el quiero y el puedo hay un ahogado.
Un país que asoma su cabeza deforme en una
carta,
y va a darse a destiempo, nada es lo que
esperabas.
Y lo que llega envuelto en papel de regalo se irá
sucio de odio.
Bailamos entre los escombros de una cita.
Dibujamos una taza de café en el desierto.
Vivimos de sumar y de restar:
lo que te da el amor, lo que te quita el miedo.
Al final nos entregan los huesos de un perfume.
Aún así persistimos.
En alguna montaña vive un pez resbaloso.
Entre números rotos se desliza una estrella.

jueves, 4 de agosto de 2011

A veces pasa...

Perderse, desaparecer, cambiar de identidad, renacer con otro nombre. He tenido esa tentación muchas veces, con frecuencia al viajar por países lejanos pero también deambulando por las calles de mi ciudad e incluso sentado en un sillón de mi casa. En todos los casos he experimentado el goce de tomar otro rumbo radicalmente distinto, aunque sólo fuera con la imaginación: matar al que eres es, entonces, una forma posible de inmortalidad, la única resurrección que está al alcance de nuestra mano."

Rafael Agullol: Visión desde el fondo del mar.


lunes, 1 de agosto de 2011

Si...

Hay un momento en la madurez
en que te aburres, encolerizado
por tu mente mediocre,
aterrorizado.
Ese día el sol
deslumbrante te quema
y te hace sentir más desolado.
Pasa sutilmente como cuando una pera
se pudre de dentro afuera
y tú tal vez no lo adviertes
hasta que es demasiado tarde.
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There is a moment in middle age
when you grow bored, angered
by your middling mind, afraid.
That day the sun
burns hot and bright,
making you more desolate.
It happens subtly, as when a pear
spoils from the inside out,
and you may not be aware
until things have gone too far.
Jane Kenyon
 Traducción: Hilario Barrero

Se acabaron las vacaciones, y que hice?: nada.

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