Acá no somos libres. Debemos dejar la más inaplazable ocupación para correr tras los espejos cuando ustedes van a mirarse. Nos toca sonreír falsamente, excoriar la piel, improvisar el llanto, ejecutar los movimientos más absurdos... todo para no decepcionarlos o asustarlos, para alimentar su vanidad, para corroborar diagnósticos, para que no los acusen de locos.
Guillermo Bustamante Zamudio