martes, 6 de noviembre de 2007


"El universo opera por medio de un intercambio dinámico. Dar y recibir son aspectos diferentes del flujo de energía en el universo y si estamos dispuestos a dar aquello que buscamos, mantendremos la abundancia del universo circulando en nuestra vida. Nada es estático. Nuestro cuerpo está en intercambio dinámico y constante con el cuerpo del universo; nuestra mente mantiene una interacción dinámica con la mente del cosmos; nuestra energía es una expresión de la energía del cosmos. El flujo de la vida no es otra cosa que la interacción armoniosa de todos los elementos y las fuerzas que estructuran el campo de la existencia. Esta armoniosa interacción de los elementos y las fuerzas de la vida opera a través de la ley del dar. Puesto que nuestro cuerpo, nuestra mente y el universo mantienen un constante y dinámico intercambio, frenar la circulación de la energía es como frenar el flujo sanguíneo. Por ello debemos dar y recibir a fin de mantener la riqueza, la abundancia, la prosperidad o cualquier cosa que deseamos en la vida circulando permanentemente.En toda semilla está la promesa de miles de bosques. Pero la semilla no debe ser acaparada; ella debe dar su inteligencia al suelo fértil. A través de su acción de dar, su energía invisible fluye para convertirse en una manifestación material. Cuanto más demos más recibiremos, porque mantendremos la abundancia del universo circulando en nuestra vida. En realidad, todo lo que tiene valor en la vida se multiplica únicamente cuando es dado. Lo que no se multiplica a través del dar, ni vale la pena darse, ni vale la pena recibirse. Si al dar sentimos que hemos perdido algo, el regalo no ha sido dado en realidad, y entonces no generará abundancia.Cuando damos a regañadientes, no hay energía detrás de nuestro acto de dar. Al dar y al recibir, lo más importante es la intención. La intención debe ser siempre crear felicidad para quien da y para quien recibe, porque la felicidad sostiene y sustenta la vida y, por tanto, genera abundancia. La retribución es directamente proporcional a lo que se da, cuando el acto es incondicional y sale del corazón. Por eso el acto de dar debe ser alegre, la actitud mental debe ser tal que se sienta alegría en el acto mismo de dar. De esa manera, la energía que hay en el acto de dar aumenta muchas veces más.Si deseamos alegría, démosle alegría a los otros; si deseamos amor, aprendamos a dar amor; si deseamos atención y aprecio, aprendamos a prestar atención y a apreciar a los demás; si deseamos riqueza material, ayudemos a otros a conseguir esa riqueza. En realidad la manera más fácil de obtener lo que deseamos es ayudar a los demás a conseguir lo que ellos desean. Si deseamos recibir el beneficio de todas las cosas buenas de la vida, aprendamos a desearle en silencio a todo el mundo todas las cosas buenas de la vida. Incluso la sola idea de dar, el simple deseo, o una sencilla oración, tienen el poder de afectar a los demás. Esto se debe a que nuestro cuerpo, reducido a su estado esencial, es un haz individual de energía e información en medio de un universo de energía e información. Somos haces individuales de conciencia en medio de un universo consciente.La palabra «conciencia» implica mucho más que energía e información, implica una energía y una información que viven en forma de pensamiento. Por tanto, somos haces de pensamiento en medio de un universo pensante. Y el pensamiento tiene el poder de transformar.La vida es la danza eterna de la conciencia , que se manifiesta como un intercambio dinámico de impulsos de inteligencia entre el microcosmos y el macrocosmos, entre el cuerpo humano y el cuerpo universal, entre la mente humana y la mente cósmica. Cuando aprendemos a dar aquello que buscamos, activamos esa danza y su coreografía con un movimiento exquisito, enérgico y vital, que constituye el palpitar eterno de la vida. La mejor manera de hacerlo es tomando la decisión de que cada vez que entremos en contacto con una persona, le daremos algo. No es necesario que sean cosas materiales; podría ser una flor, un cumplido o una oración.En realidad, las formas más poderosas de dar no son materiales. Obsequios como interesarse, prestar atención, dar afecto, aprecio y amor, son algunos de los más preciados que se pueden dar, y no cuestan nada. Cuando nos encontremos con alguien, enviémosle en silencio un buen deseo por su felicidad, alegría y bienestar. Esta forma de generosidad silenciosa es muy poderosa.Tomemos la decisión de dar en todo lugar a donde vayamos, y a quien quiera que veamos. Mientras estemos dando, estaremos recibiendo. Cuanto más demos, más confianza tendremos en los efectos milagrosos de esta ley. Y a medida que recibamos más, también aumentará nuestra capacidad de dar. Nuestra verdadera naturaleza es de prosperidad y abundancia; somos naturalmente prósperos porque la naturaleza provee a todas la necesidades y deseos. No nos falta nada porque nuestra naturaleza esencial es la potencialidad pura, las posibilidades infinitas.Por consiguiente, debemos saber que ya somos intrínsecamente ricos, independientemente de cuánto dinero tengamos, porque la fuente de toda riqueza es el campo de la potencialidad pura., es la conciencia que sabe cómo satisfacer cada necesidad, incluyendo la alegría, el amor, la risa, la paz, la armonía y el conocimiento. Si vamos en pos de estas cosas primero, no solamente para nosotros mismos, sino para los demás, todo lo demás nos llegará espontáneamente. "
Robert Proctor

Alatazor (Canto II)


Mujer el mundo está amueblado por tus ojos

Se hace más alto el cielo en tu presencia

La tierra se prolonga de rosa en rosa

Y el aire se prolonga de paloma en paloma

Al irte dejas una estrella en tu sitio

Dejas caer tus luces como el barco que pasa

Mientras te sigue mi canto embrujado

Como una serpiente fiel y melancólica

y tú vuelves la cabeza detrás de algún astro

¿Qué combate se libra en el espacio?

Esas lanzas de luz entre planetas

reflejo de armaduras despiadadas

¿Qué estrella sanguinaria no quiere ceder el paso?

En dónde estás triste noctámbula

Dadora de infinito

Que pasea en el bosque de los sueños

Heme aquí perdido entre mares desiertos

Solo como la pluma que se cae de un pájaro en la noche

Heme aquí en una torre de frío

Abrigado del recuerdo de tus labios marítimos

Del recuerdo de tus complacencias y de tu cabellera

Luminosa y desatada como los ríos de montaña

¿Irías a ser ciega que Dios te dio esas manos?

Te pregunto otra vez

El arco de tus cejas tendido para las armas de los ojos

En la ofensiva alada vencedora segura con orgullos de flor

Te hablan por mí las piedras aporreadas

Te hablan por mí las olas de pájaros sin cielo

Te habla por mí el color de los paisajes sin viento

Te habla por mí el rebaño de ovejas taciturnas

Dormido en tu memoria

Te habla por mí el arroyo descubierto

La hierba sobreviviente atada a la aventura

Aventura de luz y sangre de horizonte

Sin más abrigo que una flor que se apaga

Si hay un poco de viento

Las llanuras se pierden bajo tu gracia frágil

Se pierde el mundo bajo tu andar visible

Pues todo es artificio cuando tú te presentas

Con tu luz peligrosa

Inocente armonía sin fatiga ni olvido

Elemento de lágrima que rueda hacia adentro

Construido de miedo altivo y de silencio

Haces dudar al tiempo

Y al cielo con instintos de infinito

Lejos de ti todo es mortal

Lanzas la agonía por la tierra humillada de noches

Sólo lo que piensa en ti tiene sabor a eternidad

He aquí tu estrella que pasa

Con tu respiración de fatigas lejanas

Con tus gestos y tu modo de andar

Con el espacio magnetizado que te saluda

Que nos separa con leguas de noche

Sin embargo te advierto que estamos cosidos

A la misma estrella

Estamos cosidos por la misma música tendida

De uno a otro

Por la misma sombra gigante agitada como árbol

Seamos ese pedazo de cielo

Ese trozo en que pasa la aventura misteriosa

La aventura del planeta que estalla en pétalos de sueño

En vano tratarías de evadirte de mi voz

Y de saltar los muros de mis alabanzas

Estamos cosidos por la misma estrella

Estás atada al ruiseñor de las lunas

Que tiene un ritual sagrado en la garganta.

Qué me importan los signos de la noche

Y la raíz y el eco funerario que tengan en mi pecho

Qué me importa el enigma luminoso

Los emblemas que alumbran el azar

Y esas islas que viajan por el caos sin destino a mis ojos

Qué me importa ese miedo de flor en el vacío

Qué me importa el nombre de la nada

El nombre del desierto infinito

O de la voluntad o del azar que representan

Y si en ese desierto cada estrella es un deseo de oasis

O banderas de presagio y de muerte

Tengo una atmósfera propia en tu aliento

La fabulosa seguridad de tu mirada con sus constelaciones íntimas

Con su propio lenguaje de semilla

Tu frente luminosa como un anillo de Dios

Más firme que todo en la flora del cielo

Sin torbellinos de universo que se encabrita

Como un caballo a causa de su sombra en el aire

Te pregunto otra vez¿Irías a ser muda que Dios te dio esos ojos?

Tengo esa voz tuya para toda defensa

Esa voz que sale de ti en latidos de corazón

Esa voz en que cae la eternidad

Y se rompe en pedazos de esferas fosforescentes

¿Qué sería la vida si no hubieras nacido?

Un cometa sin manto muriéndose de frío

Te hallé como una lágrima en un libro olvidado

Con tu nombre sensible desde antes en mi pecho

Tu nombre hecho del ruido de palomas que se vuelan

Traes en ti el recuerdo de otras vidas más altas

De un Dios encontrado en alguna parte

Y al fondo de ti misma recuerdas que eras tú

El pájaro de antaño en la clave del poeta

Sueño en un sueño sumergido

La cabellera que se ata hace el día

La cabellera al desatarse hace la noche


La vida se contempla en el olvido

Sólo viven tus ojos en el mundo

El único sistema planetario sin fatiga

Serena piel anclada en las alturas

Ajena a toda red y estratagema

En su fuerza de luz ensimismada

Detrás de ti la vida siente miedo

Porque eres la profundidad de toda cosa

El mundo deviene majestuoso cuando pasas

Se oyen caer lágrimas del cielo

Y borras en el alma adormecida

La amargura de ser vivo

Se hace liviano el orbe en las espaldas

Mí alegría es oír el ruido del viento en tus cabellos

(Reconozco ese ruido desde lejos)

Cuando las barcas zozobran y el río arrastra troncos de árbol

Eres una lámpara de carne en la tormenta

Con los cabellos a todo viento

Tus cabellos donde el sol va a buscar sus mejores sueños

Mi alegría es mirarte solitaria en el diván del mundo

Como la mano de una princesa soñolienta

Con tus ojos que evocan un piano de olores

Una bebida de paroxismos

Una flor que está dejando de perfumar

Tus ojos hipnotizan la soledad

Como la rueda que sigue girando después de la catástrofe

Mi alegría es mirarte cuando escuchas

Ese rayo de luz que camina hacia el fondo del agua

Y te quedas suspensa largo rato

Tantas estrellas pasadas por el harnero del mar

Nada tiene entonces semejante emoción

Ni un mástil pidiendo viento

Ni un aeroplano ciego palpando el infinito

Ni la paloma demacrada dormida sobre un lamento

Ni el arcoiris con las alas selladas

Más bello que la parábola de un verso

La parábola tendida en puente nocturno de alma a alma

Nacida en todos los sitios donde pongo los ojos

Con la cabeza levantada

Y todo el cabello al viento

Eres más hermosa que el relincho de un potro en la montaña

Que la sirena de un barco que deja escapar toda su alma

Que un faro en la neblina buscando a quien salvar

Eres más hermosa que la golondrina atravesada por el viento

Eres el ruido del mar en verano

Eres el ruido de una calle populosa llena de admiración

Mi gloria está en tus ojos

Vestida del lujo de tus ojos y de su brillo interno

Estoy sentado en el rincón más sensible de tu mirada

Bajo el silencio estático de inmóviles pestañas

Viene saliendo un augurio del fondo de tus ojos

Y un viento de océano ondula tus pupilas

Nada se compara a esa leyenda de semillas que

( deja tu presencia

A esa voz que busca un astro muerto que volver a la vida

Tu voz hace un imperio en el espacio

Y esa mano que se levanta en ti como si fuera a colgar soles en

el aire

Y ese mirar que escribe mundos en el infinito

Y esa cabeza que se dobla para escuchar un murmullo en la

eternidad

Y ese pie que es la fiesta de los caminos encadenados

Y esos párpados donde vienen a vararse las centellas del éter

Y ese beso que hincha la proa de tus labios

Y esa sonrisa como un estandarte al frente de tu vida

Y ese secreto que dirige las mareas de tu pecho

Dormido a la sombra de tus senos

Si tú murieras

Las estrellas a pesar de su lámpara encendida

Perderían el camino

¿Qué sería del universo?

El museo de los esfuerzos inútiles (fragmento)" Cristina Peri Rossi


El espacio que queda entre la espada y la pared es exiguo. Si huyendo de la espada, retrocedo hasta la pared, el frío del muro me congela, si huyendo de la pared, trato de avanzar en sentido contrario, la espada se clava en mi garganta. Cualquier alternativa, pues que pretenda establecerse entre ellas, es falsa y como tal, la denuncio. Tanto el muro como la espada sólo pretenden mi aniquilación, mi muerte, por lo cual me resisto a elegir. Si la espada fuera más benigna que el muro, o la pared, menos lacerante que el filo de aquella, cabría la posibilidad de decidirse, pero cualquiera que las observe, comprenderá enseguida que sus diferencias son sólo superficiales. Sé que tampoco es posible dilatar mi muerte tratando de vivir en el corto espacio que media entre la pared y la espada. No sólo el aire se ha enrarecido, está lleno de gases y de partículas venenosas: además, la espada me produce pequeños cortes 'que yo disimulo por pudor' y el frío de la pared congestiona mis pulmones.... Si consiguiera escurrirme, la espada y el muro quedarían enfrentados, pero su poder, faltando yo entre ambos, habría disminuido tanto que posiblemente el muro se derrumbara y la espada enmoheciera. Pero no existe ningún resquicio por el cual pueda huir, y cuando consigo engañar a la espada, la pared se agiganta, y si me separo de la pared, la espada avanza. He procurado distraer la atención de la espada proponiéndole juegos, pero es muy astuta, y cuando deja de apuntar a mi garganta, es porque dirige su filo hacia mi corazón. En cuanto al muro, es verdad que a veces olvido que se trata de una pared de hielo y cansado, busco apoyo en él: no bien lo hago, un escalofrío mortal me recuerda su naturaleza. He vivido así los últimos meses. No sé por cuánto tiempo aún podré evitar el muro, la espada. El espacio es cada vez más estrecho y mis fuerzas se agotan. Me es indiferente mi destino: si moriré de una congestión o me desangraré a causa de una herida, esto no me preocupa.
Pero denuncio definitivamente que entre la espada y la pared no existe lugar donde vivir. "
CONTINUIDAD
Nombrar las cosas por sus nombres.
Las cosas tienen bordes dentados, vegetacion lujuriosa.
Pero quien habla en la habitacion llena de ojos.
Quien dentellea con una boca de papel.
Nombre que vienen, sombras con mascaras.
Curame del vacio -dije-.
(La luz se amaba en mio oscuridad. Supe que no habia cuando me encontre diciendo: soy yo.) Curame -dije-.
Alejandra Pizarnik

ALGUNA VEZ, DE PRONTO, ME DESPIERTO...
Alguna vez, de pronto, me despierto: Un dolor me recorre tenazmente, un dolor que está siempre, agazapado, por saltar, desde adentro. Entonces tengo miedo. Entonces, me doy cuenta que estoy sola frente a mí, frente a Dios, frente a un espejo lleno de mis imágenes, de rostros polvorientos. Estoy sola, pero siempre estoy sola: Es lo único cierto. El amor era un huésped, la soledad es siempre el compañero que permanece al lado, inconmovible. Lo único seguro, verdadero. Oigo mi corazón, vieja campana que dobla y que golpea, que rebota en las sienes y en la nuca y en la boca y los dedos. Es cierto, tengo miedo. Miedo de no poder gritar, de pronto, de que ya sea demasiado tarde para un ruego. La costumbre ahoga las palabras y alarga el desencuentro. Ah, tantas cosas quedarán ocultas, perdidas, sin recuerdo, tantas palabras que no fueron dichas, tantos gestos. Unos dirán: Yo sé, la he conocido, fue una ardiente rebelde, se desolló las manos y la vida por defender los que creyó más débiles. Otros dirán: Yo sé, la he conocido, era dura, malévola, avara de ternura, con la boca mostraba su desprecio. Alguien dirá: Y cómo sonreía... Qué importa lo que vendrá después del gran silencio. Claro que tengo miedo. Así, en la madrugada mientras algún dolor -un dolor, siempre- va hincando sus agujas en mi cuerpo, abro las manos en la sombra dulce para atrapar mi soledad, de nuevo, y me quedo a su lado, sin moverme, con los ojos abiertos la vida detenida.
Toda mi sangre es un temor inmenso.
Julia Prilutzky

Si vuestra herida es, sencillamente,
una simple lesión de los tejidos
penetrante o contusa,
una ofensa a la piel originada
por violencia exterior,
más o menos extensa o lacerante,
más o menos profunda...
la solución es fácil: una curacion la asepsia debida,
una limpia sutura realizadapor un buen terapeuta,
y sólo os quedará la cicatriz.
O ni siquiera eso: puro olvido.
Mas si la herida oculta su amenazaen hondos laberintos,
y extiende la espiral de su amargura
por secretas regiones,
invadiendolos huecos intangibles,
las calladas
raíces de lo humano,
lenta será la lucha,
imposiblesu exacta curación.
Habitará en vosotros como un huésped
cercano y duradero,
sangre será de vuestra propia sangre,
testimonio implacable del latido.
Con el tiempo será la compañera
de tristes aventuras:quizá lleguéis a amarla porque os ame
con su aterida voz,
con la certezade su tenaz caricia.
Y algún día
despertaréis sin miedo respirandopor ella,
y en su imperio
quedará encarcelada vuestra vida.
Aunque os ciegue su llanto,
aunque os pese
su carga de dolor.
Porque sólo seréis lo que ella os duela.
Wislawa Szymborsk

DISCURSO EN EL DEPÓSITO DE OBJETOS PERDIDOS
Perdí algunas diosas en el camino de sur a norte,
y también muchos dioses en el camino de este a oeste.
Se me apagaron para siempre un par de estrellas, ábrete cielo.
Se me hundió en el mar una isla, otra.
Ni siquiera sé exactamente dónde dejé las garras,
quién trae mi piel, quién vive en mi concha.
Mis hermanos murieron cuando me arrastré a la orilla
y sólo algún huesito celebra en mí ese aniversario.
Salté de mi pellejo,
perdí vértebras y piernas,
me alejé de mis sentidos muchísimas veces.
Desde hace mucho cerré mi tercer ojo ante todo esto,
me despedí de todo con la aleta, me encogí de ramas.
Se esfumó,
se perdió,
se dispersó a los cuatro vientos.
Yo misma me sorprendo de mí misma,
de lo poco que quedó de mí:un individuo aislado,
del género humano por ahora,
que sólo perdió su paraguas ayer en el tranvía.
Wislowa Szymborska

Más allá de cualquier zona prohibida
hay un espejo para nuestra triste transparencia.
Pizarnik
Los escarabajos vuelan al atardecer. (Fragmento)
Maria Gripe
David la miró sonriente.-Es cierto -dijo en tono provocador-. Si se leen así las cartas, se podría hacer una tesis sobre el típico papel de la mujer.Annika explotó:-¿El típico papel de la mujer? ¡Lo dices así para molestarme!-¡No! No debes interpretarlo así.¡Lo has dicho con esa intención! Es una expresión odiosa. Además a menudo se utiliza erróneamente, creo yo. No siempre se trata de papeles específicos de la mujer. Y no fue un papel específico de su sexo el que Emilie asumió cuando cargó con tanta responsabilidad. Lo hizo porque tenía generosidad para hacerlo y porque era una persona con gran capacidad de amar. Su error no fue aceptar la responsabilidad, sino no reclamar un derecho equivalente.
No hay que limitarse a dar; también es preciso exigir y aprender a hacerlo. Quiero decir que cuando el uno permite al otro satisfacer determinadas exigencias, se ennoblecen los dos. De lo contrario, solo se consigue mantener tiranos y mártires.

Regresa" (Konstandinos Kavafis).


Regresa con frecuencia y tómame,

amada sensación: regresa y tómame.
Cuando despierte el recuerdo en mi cuerpo,

y el antiguo deseo me recorra la sangre,

cuando los labios y la piel recuerden

y
sienta aquellas manos que aún me tocan,

regresa con frecuencia, y tómame en la noche
cuando los labios y la piel recuerden.
Hanif Kureishi Intimidad (fragmento)

" Sé que el amor es un juego sucio; tienes que mancharte las manos. Si te mantienes a distancia, no sucede nada interesante. Además, debes encontrar la distancia adecuada entre las personas. Si están demasiado cerca, te aplastan; si están demasiado lejos, te abandonan. "

sábado, 3 de noviembre de 2007

Robin Sharma. Exito una guia extraordinaria


He conocido etapas felices y otras profundamente dolorosas.
He tomado algunas decisiones increíblemente acertadas y he cometido errores garrafales.
Soy un ser humano; un proyecto en constante desarrollo.

Zagajewski:



No puedo situar una cuadra en el planeta, ubicar ahí una esquina donde colocar la casa de mi recuerdo. Será por eso que su adhesión al mundo es musical. Los animales de polis tendrán cuadros, esculturas y, obviamente edificios para hospedar sus memorias entrañables. Nosotros, incapaces de ubicar nuestro domicilio emocional, tenemos sonatas, canciones, conciertos. “La música ha sido creada para la gente sin hogar porque es el arte que menos unido está a un lugar concreto. Es sospechosamente cosmopolita.” La poesía de Zagajewski está ligada por ello a la vivencia de extranjería: humos, nubes, sueño y a la música.

Entre el ordenador, el lápiz y la máquina de escribir se me escapa medio día. Algún día sumará medio siglo.
Vivo en ciudades extranjeras y a veces con personas extranjeras hablo sobre cosas que me son extrañas.
Escucho mucha música: Bach, Mahler, Chopin, Shostakovich.
En ella encuentro tres elementos, fuerza debilidad y dolor.
El cuarto no tiene nombre.

La nación de la memoria es sonora. Acordes, recuerdos. Ciudades ajenas que celebran festivales extraños: amores atados con notas:


La voz de una cantante negra de blues
nos penetraba como brillante acero,
aunque nos alcanzara en la calle,
en una ciudad sucia, polvorienta.




Para que pueda ser he de ser otro,

salir de mí,

buscarme entre los otros los otros

que no son si yo no existo los otros que me dan plena existencia no soy,

no hay yo,

siempre somos nosotros.

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En los extravíos se encuentran los hallazgos.

A veces es preciso perderse para volver a encontrarse.

Eduardo Galeano

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