domingo, 1 de abril de 2012

a veces... sólo a veces...

A veces no entro a tiempo en las horas
ni con buen pie,
y algo de mí se tambalea,
desentonado,
más acá o más allá
de lo real lejano.
                           Porque me quedo lejos,
vengo de lejos —sin saberlo—.
                                        Lo que ata
mi atención a otro lado
no es lo que podría llamarse una memoria.
Más se parece a una raíz:
a la raíz de una memoria encadenada,
con musgo,
tras una puerta sin pestillo,
ni aldaba, ni umbrosa cerradura;
una raíz que impide
lo que de mí se espera en una hora;
una raíz a la que nunca deberé preguntar
sino saltarla
porque el tejido de sus sendas tiene enigmas profundos,
y el tiempo que sujeta mi muñeca
es testimonio
de un compromiso breve, pero cierto.

Me levanté sin que se dieran cuenta
y salí sin hacerme notar.
Había estado todo el día
entre ellos, intentando
hacerme oír,
procurando decirles
lo que me habían encargado.
Pero el recado que me dieron
no era preciso. El humo,
la música, el ruido de las risas
y de los besos -estallaban
como las rosas en el aire-,
eran más fuertes que mi voz. Cansada
de mi trabajo inútil,
me levanté,
abrí la puerta
y salí del hermoso lugar.
Desde la calle
miré por la ventana: nadie había
advertido mi ausencia.
Caminé. Volví el rostro:
ninguno me seguía
Julia Uceda
Yo soy intratable
ninguna luz me alumbra


El corazón puro es un cuchillo acezando
navegable incrustación del mar

Yo soy transparente
ninguna luz me evade

Óyeme espora habitante
no sé si soy eterna no estoy segura

Quien a Sí Se crea a Sí Se destruye
Materia es energía
Luz es energía
Materia es luz
Círculo de tiza donde nada concluye

Estoy formándome/ estoy creciendo
mi cabeza enterrada empieza a abrir los ojos
voy a reunir las partes todas de mi cuerpo
voy a contemplarme

Aire/Tierra/Agua/Fuego ¿sabéis de mí?
No. Nadie sabe de mí
Ni yo misma me sé

Auscultemos la fibra cándida y salvaje del silencio
Oye el estampido de esquejes reluciente
vibración de telares
Oye el rumor de epopeya que transgrede la vida

Huraño exceso el de mi transparencia
asaz deslumbrante
                                         Empáñeme yo?
                                         Hágame soportable?
                                         Vuélqueme opaca y mortal?
Celebro la Arista.
                                         La espina de la rosa.
                                                                         La punta del proyectil!
Todo lo que vale a la hora de sacudir el polvo de las
sandalias
Al final
                                         Quien a Sí Se crea a Sí reposa
                                         por eso nunca me equivoco o siempre
                                         y la luz desespera de seguirme



 Magdalena Chocano

...