martes, 3 de abril de 2012

Aveces me apetece el humo...




Cada hombre debe entender
que todo puede esfumarse muy
deprisa:
el gato, la mujer, el trabajo,
la rueda delantera,
la cama, las paredes, la
habitación; todas nuestras necesidades,
incluso el amor,
descansan sobre fundamentos de arena;
y cualquier causa,
por poca relación que tenga:
la muerte de un chico en Hong Kong
o una ventisca en Omaha...
pueden desencadenar tu ruina.
Toda tu porcelana se hace añicos contra el
suelo de la cocina, tu chica entra
y tú estás en medio de
todo, borracho, y pregunta:
dios mío, ¿qué pasa?
y tú respondes: no lo sé,
no lo sé...


Charles Bukowski. Arder en el agua Ahogarse en el fuego

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