Había un manzano en el jardín:
esto debe haber sido
hace cuarenta años. Detrás,
sólo praderas. Ráfagas
de azafrán entre los pastos húmedos.
Me quedé contemplando esa ventana;
eran fines de abril. Flores
de primavera en el jardín
del vecino. Realmente, ¿cuántas veces ese árbol
dio flores en el día de mi cumpleaños,
el día exacto, ni
antes ni después? Sustitución
de lo inmutable
por lo cambiante, lo que evoluciona.
Sustitución de imágenes
por la tierra incesante. ¿Qué
sé de este lugar,
del papel que cumplió este árbol tantas décadas?
Lo habrán creído un bonsai, mientras llegaban voces
de las canchas de tenis.
El campo. Olor de pastos altos, recién cortados.
Como se espera de un poeta lírico.
Observamos el mundo una vez sola, en la infancia.
Todo el resto es memoria.
esto debe haber sido
hace cuarenta años. Detrás,
sólo praderas. Ráfagas
de azafrán entre los pastos húmedos.
Me quedé contemplando esa ventana;
eran fines de abril. Flores
de primavera en el jardín
del vecino. Realmente, ¿cuántas veces ese árbol
dio flores en el día de mi cumpleaños,
el día exacto, ni
antes ni después? Sustitución
de lo inmutable
por lo cambiante, lo que evoluciona.
Sustitución de imágenes
por la tierra incesante. ¿Qué
sé de este lugar,
del papel que cumplió este árbol tantas décadas?
Lo habrán creído un bonsai, mientras llegaban voces
de las canchas de tenis.
El campo. Olor de pastos altos, recién cortados.
Como se espera de un poeta lírico.
Observamos el mundo una vez sola, en la infancia.
Todo el resto es memoria.
Louise Glück