domingo, 23 de septiembre de 2007


DERROTA
Anuncio mi regreso al límite marcado.
Al reloj con sus rígidas señales,
a las siglas convenidas y ese rictus
que amedrentalos símbolos vitales.
Sí, ya estoy aquí, vedme desnuda
de toda rebelión,
de todo intento,
del fuego primordial de la esperanza,
fracción de vidacon su perfil anónimo.
Ya enjaulé mis ensueños migratorios,
exilié mis verdades insurgentes,
ahuyenté mis fantasmas libertarios
y renegué de
mis locuras esenciales.
Ya soy de nuevo la cifra en el rebaño,
la postulante de toda cobardía,
os invito, sin rencor, al gran evento,
de mis remordimientos
y nostalgias.
PRESENCIA DE LA TRISTEZA
Nos toma sin un porqué,
sin hora señalada,
sin un tímido ademán sobre la espalda;
franquea el instante su presencia advenediza,
pálida huéspedcon su viudez de fiesta.
Y se asila en silencio,
fibra a fibra
se instala en nuestro lecho y nuestra mesa,
trasgrede todo muro,
toda puerta
donde el alma se defiende
en pro y en contra.
¡Ah, tristeza!¡Tristeza!
Parásita insaciable,
necrófaga voraz,
te nutres de pretérito,
revuelcas viejas ruinas.
Exhumas, siempre exhumas
las desoladas momias
que celan y vigilan batallas y naufragios,
soberbios esqueletosde fracasadas fugas.
Engulles los despojos, cadáveres de sueños.
una pena extraviada, un rencor que no te atañe.
Entonces
lloramos la certezade un río subterráneo
que crece entre los huesosy mucho más adentro.
Y el río se vuelve mar,
y el mar se torna eco
que repite honda tras honda
idéntico lamento.
MIEDO
A veces pienso que tú y yo
es lo único que nos queda.
La gente se ha ido a la deriva buscando sus valores
extraviados,
cada espalda se ajusta, contra un muro eludiendo el saqueo
de la sombra,
y se palpan a tientas el costado, y ,preparan sus uñas
como espadas,
y rastrean sus venas pulso a pulso para saberse
vivos de repente.
Hay un viento que acosa toda llama, una ojera creciendo
en cada rama,
ya la espina se esconde de la rosa y la fe se ha exiliado
de sí misma.
Nadie inventa su vida sueño a sueño ni prepara taller
para el futuro,
cada quien recoge su cosecha y la traga de un golpe
o la destruye.
Fugitivos de todos los espejos donde aguarda el reverso
de la máscara,
acarrean ataúdes como cestos y vigilan la orilla
del sepulcro,por si acaso la muerte los sorprende confirmando la farsa
de estar vivos.

Flor Alba Uribe

...