Soliloquios por olvidarme de encender la música o la radio rumbo al trabajo…
Dos en dos ruedas Iban frente al auto, como insectos de carretera. Veo al conductor, y es más que obvio que quisiera convertir el frente de su auto en parabrisas. Me da risa, ellos ni se inmutan.
Las chicas de un concurrido banco de la justo sierra deslumbrando más que luciérnagas en una noche sin luna. Alguna vez yo y mis amigas que tanto quiero también lo fueron y lo siguen siendo.
La luz roja, me detiene en El abecedario de Reyes Heróles cambia mi mal día más rápido que el semáforo. Hace mucho que no disfrutaba tanto, tanto, pero tanto, (¿ya dije tanto? ) de un libro. Cada quien sus gustos, y este a mi me ha gustado tanto. Me ha conmovido, me ha hecho reír, me ha hecho pensar, no quiero terminarlo. Apenas voy en la página 37, por puro gusto. Lo estoy disfrutando como si fuera el último libro que leeré en mi vida. Si eso llegara a ser cierto, que su autor se entere.
Van muchos de dos en dos, eso sí que es economizar. Como le hicieron para vivir donde mismo, para trabajar por donde mismo, o en donde mismo?. Casualidad o causalidad.
Esto es todos los días, más de una, más de dos, más de tres mujeres, JAMÁS podrían dedicarse a la lucha libre, su identidad está al descubierto. Se van quitando, o poniendo? La máscara en cada oportunidad. Su identidad al descubierto. Y como Blue Demon o el Santo, tienen que llegar al trabajo.
Un accidente, a mí y a muchos otros nos hace arrepentirnos de esos “cinco minutos más”. Qué desagradable manera de empezar el día. Y si hubiera sido yo?. Bueno… ya me pasó alguna vez, aunque yo no choqué… me chocaron…
Me voy “preparando’’ para la certeza del día. Mis sueños y buenos deseos exigen dejar de serlo. Tengo que pactar… y negociar… esto es solo temporal. Solo día a día y poco a poco será posible hacerlos realidad. Que se aguanten. Solo por hoy.
No entendiste nada?. Es la idea. Por eso son SOOOOOOLIIIIII…loquios… en voz alta.
"Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos. La identidad no es una pieza de museo quietecita en la vitrina, sino siempre la asombrosa síntesis de las contradicciones nuestras de cada día" F.Savater
martes, 29 de abril de 2014
jueves, 24 de abril de 2014
jamás
ver de nuevo este espacio, tornar a este instante.
Me da pena soñarme rompiendo mis alas
contra muros que se alzan e impiden que pueda volver a encontrarme.
José Hierro.
Así sea...
ante el detalle del texto remoto, ante la vida del poeta muerto hace largo tiempo
emboten nuestro sentido de la realidad y las necesidades concretas”. George Steiner
domingo, 20 de abril de 2014
Algo cambió... todo cambió...decretando cosas nuevas.
" Una mañana, al abrir la ventana de mi habitación de par en par, tuve que echarme hacia atrás. Ante mí acababa de presentarse la belleza natural, suave y silenciosa, una belleza que yo ni siquiera había soñado y que me conmovió profundamente hasta hacerme derramar unas lágrimas y empezar a temblar. Temblaba como si tuviera frío. Me pareció que acababa de aprender un nuevo idioma, hasta entonces desconocido para mí. De pronto comprendí Florencia. Todo adquirió sentido: las colinas, el río, los puentes que atravesaban las aguas, los palacetes y las iglesias, los cuadros y las estatuas; me pareció que había aprendido la palabra mágica y que había cruzado las fronteras de mi nueva patria, donde todo me resultaba conocido desde siempre, desde hacía una eternidad, como si ese nuevo mundo acabara de abrirse para mí, como si empezara a hablarme… en Florencia empecé a vivir en un éxtasis conmovedor. Nunca he recibido un regalo tan espontáneo de la vida como aquella primavera en Florencia. Me apoderé de ese imperio lleno de tesoros que se abría ante mí en solitario, como un usurero…"
Sándor Márai
lunes, 14 de abril de 2014
Identidades...
La conciencia no. No exactamente.
Ni siquiera la culpa,
que alza estatuas de bronce para ser recordada.
Por debajo del propio pensamiento
se expande la raíz de lo sin nombre,
lo que emana de ti cuando no eres,
lo que da identidad a tus extraños.
Eres ese temblor que va contigo.
Eres el mismo, en fin, que nunca fuiste.
Quemaste el paraíso para ver cómo ardía.
Nunca pierdes la llave de tu casa invisible.
Tan errante de ti por no estar solo.
Tan perdido de ti que al fin te encuentras
Felipe Benitez Reyes
domingo, 6 de abril de 2014
Diarios...
La mirada, la mía, adherida a los chirridos de las cosas.
Mundo de silencio. Yo preciso inventarme en la noche, con palabras que tanto me
cuestan. Y es siempre la sed ávida, aviesa, triste, como llevar un color
marchito en la mano, una pluma desplumada. Me trago mi sed, me la bebo, la
rumio con hastío invisible. Cada noche mi mirada se rebela. Mis ojos se toman
en serio, se recuerdan, se comprometen: descartan los muelles y el río y los
libros y las caras que sucedieron bajo el sol de agosto. Se abren mis ojos. Me
obligan a seguirlos por altitudes de sombra y silencio y vientos y frío.
Pero para saberlo necesito escribir. Sola no puedo enterarme de mí ni lo deseo.
La complicidad de la palabra que mis ojos enjaulan es una especie de campana de
mi soledad. Cuando leo que dije soledad o silencio me descubro al instante, en
un rincón de la habitación miedosa y perdida pero reencontrada de alguna
manera. Aunque nada de esto tenga que ver con la validez o deficiencia de lo
que escribo, sé, de una manera visionaria, que moriré de poesía. Esto no lo
comprendo perfectamente, es vago, es lejano, pero lo sé y lo aseguro. Tal vez
ya sienta los síntomas iniciales: dolor en donde se respira, sensación de estar
perdiendo mucha sangre por alguna herida que no ubico.
Alejandra Pizarnik, fragmento del 11 de agosto de 1962 en
“Diarios”.
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