y he sentido tras de mí una sombra cálida.
He tenido miedo de volverme y no hallar nada.
La sombra, lo sé, ha intentado acariciarme el cabello,
suave,
levemente para que no lo note,
para que no sepa cuánto me cuida.
La sombra quisiera acariciarme despacio,
teme que me eche a llorar
porque sé que no merezco la recompensa.
La sombra, lo sé, es quien me dicta,
me examina y me indica en las esquinas
a dónde mirar para no morir atropellada.
Todo lo someto a su juicio
y nadie lo sabe,
creen que no consulto jamás,
que no pido ayuda,
que no me equivoco
Yo he estado sola en el fondo de mi casa
y he sentido tras de mí una sombra cálida.
Sólo yo sé cuántas veces no la merezco,
yo he estado sola y he sentido una sombra cálida.
Yo he sentido miedo de volverme y no hallar nada.
Laura del Carmen Ruíz Montes