De repente, como si
un destino clínico me hubiese operado de una ceguera antigua con excelentes
resultados inmediatos, alzo la cabeza desde mi vida anónima hacia un
conocimiento diáfano de mi modo de existir. Y veo que todo cuanto he hecho,
todo cuanto he pensado, todo cuanto he sido, es una especie de engaño y de
locura. Me maravillo de lo que fui capaz de no ver. Me asombra cuanto fui y
que, al fin de cuentas, veo que no soy.”
"Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos. La identidad no es una pieza de museo quietecita en la vitrina, sino siempre la asombrosa síntesis de las contradicciones nuestras de cada día" F.Savater
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Detesto al lector que ha pagado por su libro, al espectador que ha comprado su butaca, y que a partir de allí aprovecha el blando almohadón ...
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Se sabe de una mujer que esta sola porque camina como una mujer que esta sola se sabe que no espera a nadie porque camina com...
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Cada vez que entramos en una crisis es el absurdo total, comprendé que la dialéctica sólo puede ordenar los armarios en los momentos...