miércoles, 14 de marzo de 2012

Hesse



Toda flor quiere su fruto,
toda mañana, crepúsculo.
No hay nada eterno en la tierra,
salvo la transformación, la huída.

Hasta el verano más radiante
se marchitará un día y será otoño.
Quieta, hoja, ten paciencia
cuando venga a llevarte el viento.

Sigue jugando, no te defiendas.
Calma, deja que las cosas pasen,
deja que el viento, el que te quiebra,
sople y te lleve a casa.


Hermann Hesse

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