Donde los árboles aumentan
el abandono de la tarde,
como indolente
se ha desvanecido tu último paso.
Apenas se muestra la flor
en los tilos e insiste en su suerte.
Un motivo busca a tus afectos,
intentas el silencio en tu vida.
Otra ventura me revela a mí
el tiempo espejado. Como la muerte
me entristece ahora la belleza
que como un relámpago veo en otros rostros.
He perdido todo rastro de inocencia,
hasta en esta voz, que sobrevive
para imitar la alegría.
Salvatore Quasimodo