A lo largo de la vida, la mayoría de
nosotros construye en su intimidad mental una historia cultural de los años en
los que le ha tocado vivir. A menudo concebimos esa historia como un recuerdo
colectivo que otros compartirán con nosotros. Incluso nos referimos a ella como
nuestro tiempo. Pero lo cierto es que se trata sólo de un tiempo personal, el
tiempo social, cultural e histórico de nuestra intimidad, nuestra imagen
personal de lo que ha ocurrido en el mundo. [...] Trabajamos sin cesar para
lograr cierta comprensión de nuestra vida y de nuestro tiempo. De modo que
revisamos permanentemente nuestra historia personal del pasado hasta incluir en
ella a todos aquellos en relación con los cuales hemos reaccionado en la vida:
nuestros amigos, nuestros parientes, nuestros enemigos, nuestras estrellas de
cine, nuestros atletas, nuestros héroes y las figuras públicas, por no hablar
de todos los grandes acontecimientos, los históricos, y también de los
minúsculos, por los que hemos pasado, además de todos los libros que han
permanecido con nosotros, los que han contribuido a cambiar nuestra vida.
NORMAN
MAILER,
"Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos. La identidad no es una pieza de museo quietecita en la vitrina, sino siempre la asombrosa síntesis de las contradicciones nuestras de cada día" F.Savater
sábado, 24 de enero de 2015
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" Cargados con experiencia de vida, memorias de trabajo, buenos tiempos y pesares, cada uno con su carga especial; y es nuestro común d...
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Detesto al lector que ha pagado por su libro, al espectador que ha comprado su butaca, y que a partir de allí aprovecha el blando almohadón ...