¿Por qué de todo aquello que escuchamos, vimos, sentimos durante toda una vida, regresan a nosotros algunas imágenes cargadas de emoción más que otras? El canto de un pájaro, el salto de un pez, en un lugar o en un momento en particular, la fragancia de una flor, una mujer anciana en un sendero de montaña alemán, seis rufianes vistos a través de una ventana abierta a la noche jugando a las cartas en un empalme de vías francés donde hay un molino; tales recuerdos pueden tener un valor simbólico, pero no lo podemos decir porque ellos representan las profundidades de un sentimiento que no podemos igualar.
T. S. Eliot
T. S. Eliot