jueves, 3 de febrero de 2011

La elegancia del erizo

Hay días en que uno
necesita desesperadamente el Arte.
Aspira con ardor
a recuperar su ilusión espiritual,
desea con pasión que algo
le salve de los destinos biológicos
para que no se excluya de este mundo
toda poesía y toda belleza.
Entonces, uno toma una taza de té,
y con un libro, una música, una película,
trata de imprimir a este patético teatro
la marca del Arte y sus más grandes obras.
La elegancia del erizo.







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