"Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos. La identidad no es una pieza de museo quietecita en la vitrina, sino siempre la asombrosa síntesis de las contradicciones nuestras de cada día" F.Savater
lunes, 2 de noviembre de 2009
Regis Debray.. desde EL PODER DE LA PALABRA
No creáis en lo “real”, como hice yo. Preocupado por lo verdadero, todo fue falso. No confiéis en los hechos, en la razón, en el fondo de las cosas. Lo real es una categoría técnica, cambia con nuestras máquinas, y las nuestras no son las de Mazarino. Lo real, para un posmoderno, son los medios de comunicación y los hechos, las imágenes de los hechos. Yo llevaba un realismo de retraso. Quería servir a la República como, antes, otros servían a la revolución: poniendo los medios de lo posible al servicio de lo imposible. Así actuaba el iluminado realista. Las condiciones lo han destronado: ha llegado la hora de los jactanciosos bien iluminados. Olvidad la documentación francesa y cultivad el trato. Un hombre con fama de importante es un hombre importante: cuidad vuestra reputación, más que vuestros proyectos. ¿Pero no ha sido siempre así? No se gobierna a los hombres en función de la realidad de las cosas sino de las representaciones que una sociedad se hace de ellas. Éstas no son asunto de esquemas ni de cifras sino de amor y de odio. Las representaciones del adversario son diabólicas, las del protector son angélicas. Llevad el agua a ese molino, sin abrir demasiado el expediente. En política, dos y dos son cuatro, es el principio del fin. Tomad, un ejemplo. "
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